miércoles, 9 de abril de 2014

APRENDER A HABLAR

La voz, nuestra voz laríngea o natural, puede decirse que comienza a manifestarse con nuestro primer llanto en el momento de nacer, y que de la intensidad o volumen de ese mismo llanto depende la mejor o peor impresión de vigorosidad que de nosotros reciben nuestros progenitores. Y sobre el mecanismo para la articulación del sonido que conforma la voz laríngea, parece tener fácil explicación, pues se trata del aire que al respirar se aloja en nuestros pulmones y al ser expelido fonéticamente hace vibrar las cuerdas vocales. Parece lógico que a medida que se desarrolla nuestro crecimiento aumenten nuestras energías y lo que inicialmente es un simple sonido laríngeo vaya adquiriendo volumen y claridad de tono hasta llegar a conertirse en nuestra propia voz. Con la particularidad de que estos signos suelen estar en línea con otros rasgos morfológios que en su conjunto conforman a cada persona, hasta el punto de que a poco que se nos trate, se nos conozca por el tono de voz que cada cual adquiere, y que únicamente suele diferenciarse en el volumen, fluidez o intensidad y timbre.
La voz voluminosa o fuerte, se debe al número de vibraciones que constituyen la extensión del sonido. La intensidad o fluidez depende de la presión del aire al efectuar la emisión del sonido y su autocontrol. Y el timbre o tono de voz puede muy bien distinguirse de varias formas: "voz quebrada", "aguda" y "nasal", características que en muchas personas se da una de ellas como signo más sobresaliente de la propia personalidad.
Después de la operación de laringectomía total la primera preocupación del paciente es aprender a hablar. Casi siempre hay que esperar a las sesiones de radioterapia y terminada esta que pase un periodo de recuperación para que la garganta esté lo menos dañada posible. Todo esto está muy claro y tanto el otorrino como el radiólogo así lo aconsejan. 
¿Pero como se habla? ¿A donde se debe ir? Se suele aconsejar ir a la asociación de laringectomizados de tu provincia o lugar más cercano. Esas asociaciones están haciendo un papel muy importante, se puede decir que imprescindible, para la recuperación del laringectomizado. No solo en cuanto a aprender a hablar sino también en la recuperación moral y psicológica.
            Pero esas asociaciones están compuestas por personal no profesional y que solo disponen de su experiencia, que no es poco, y su voluntariedad, que suele ser mucha. Sin embargo yo creo que en muchos casos, quizá en la mayoría, esto no es suficiente. Cuando tenemos otro tipo de operaciones o lesiones, sobre todo musculares, que nos dejan provisionalmente imposibilitados, lo normal es comenzar la recuperación con fisioterapeutas o profesionales similares. 
            Hay matices en el aprendizaje de la voz esofágica que solo un profesional puede enseñar debidamente. Como por ejemplo a contener la respiración mientras hablamos, a pronunciar debidamente los diptongos, a saber pronunciar con claridad ciertas letras muy similares como "T" y "D", etc. etc.  Habrá casos en que esa ayuda apenas sea necesario por la facilidad con que el paciente empiece a hablar pero en la mayoría de los casos no es así. Se aprende a pronunciar las primeras palabras con muchos vicios que después cuesta mucho quitar si es que se quitan.
La voz esofágica no es una invención de los medicos, sino un descubrimiento hecho hace más de 100 años por un hombre afectado de una parálisis de las cuerdas  vocales y que a fuerza de buscar la manera de desenvolverse para hablar a pesar de su enfermedad, terminó por llegar a ese resultado, tiempo después, se fué tratando de comprender el mecanismo.No necesita conocimientos particulares. Falta simplemente voluntad de aprender y asistir regularmente a las clases que dan los monitores (que son gratuitas) y practicar los ejercicios necesarios tanto tiempo como haga falta. 
          

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