miércoles, 9 de abril de 2014

LARINGECTOMIA Y TRAQUEOTOMIA

Laringectomía: Operación para extraer toda la laringe o una parte de ella
Traqueotomía: Cirugía para crear una abertura (estoma) en la tráquea. La abertura misma puede llamarse traqueotomía

CONCEPTOS BÁSICOS

Dos de las funciones más transcendentes para el mantenimiento de la vida son la respiración y la alimentación. Las vías o los caminos que tanto el aire como los alimentos han de recorrer para llegar a sus destinos y ser utilizados por nuestro organismo son en su inicio comunes y más adelante independientes. La nariz asume una función fundamentalmente respiratoria y la boca es considerada como el primer elemento anatómico de la digestión, aunque comúnmente también es empleada para respirar.



La faringe, dividida en tres partes (rinofaringe, orofaringe e hipofaringe), en su mayor parte es, por decirlo de alguna manera, una encrucijada donde confluyen los aparatos respiratorio y digestivo.
La laringe, situada por delante del extremo inferior de la faringe, es primordial para evitar que los alimentos pasen a los pulmones. Esta función, conocida médicamente como esfinteriana, es la más elemental. Además, la laringe sirve para emitir los tonos que nos posibilitan el habla, para regular los movimientos respiratorios y para otras funciones de menor importancia como la de retener el aire y permitir, junto con la contracción del músculo diafragma, que realicemos determinados esfuerzos.La laringe se comunica con los pulmones por medio de la tráquea. 

Cuando la laringe deja de funcionar, bien sea porque se obstruye y no permite el paso del aire, o porque resulta incapaz de impedir que los alimentos pasen directamente a los pulmones, es preciso comunicar la tráquea directamente al exterior para poder continuar respirando. A esto se le denomina «traqueotomía».

El término traqueotomía deriva del griego y significa abrir la tráquea. La historia de la traqueotomía es tan antigua como la Medicina y de ella se encuentran referencias en los tratados médicos más antiguos, como en la época hindú (2.000 a. de C.) o de los egipcios (1.500 a. de C.). Cuenta una leyenda que Alejandro Magno salvó de morir asfixiado a uno de sus soldados, que había aspirado un fragmento de un hueso, haciéndole una incisión en la garganta con la punta de su espada. Sin embargo, hasta mediados del siglo XIX  la traqueotomía no se puso en práctica de manera generalizada, demostrando su utilidad y se incorporó al arsenal de las técnicas quirúrgicas, de empleo regular en la Medicina moderna. A lo largo de estos años, lógicamente, ha cambiado tanto la técnica como la frecuencia de su realización.

Las traqueotomías se hacen principalmente por tumores de localización en las vías altas respiratorias, deformidades con repercusión severa en el calibre de esas mismas vías (bien sean de naturaleza congénita [malformaciones] bien adquiridas por traumatismos), síndrome severo de apnea del sueño no tratable por otros procedimientos, alteraciones neurológicas que o bien incidan directamente sobre la movilidad de las cuerdas vocales e impidan que se abran para capacitar el paso del aire, o que se cierren y a consecuencia de ello se vea alterada la función esfinteriana, o sobre la deglución, término que se emplea para definir el mecanismo por el que se consigue que los alimentos desciendan desde la boca hasta el estómago. También son indicación de traqueotomía determinadas inflamaciones severas de la vía aérea motivadas por infecciones como, por ejemplo, la epiglotitis o la aspiración de cuerpos extraños muy voluminosos que pueden provocar una oclusión completa de la vía aérea y ser motivo de asfixia.

La técnica quirúrgica de la traqueotomía es muy simple, se  trata de crear una comunicación entre la piel anterior del cuello y el conducto traqueal con el fin de que el aire que necesitamos para respirar pueda transcurrir a través de ella. Hay diversas modalidades que dependen fundamentalmente de la perspectiva de temporalidad con la que se programa.




En este lugar es muy importante diferenciar entre lo que es una traqueotomía transitoria y una permanente; y dentro de éstas la que se realiza cuando ha sido precisa una laringectomía total (extirpación completa de la laringe motivada usualmente por el padecimiento de un tumor maligno) de la que se practica conservando la laringe, aunque con previsión de una larga o definitiva permanencia.



Las traqueotomías transitorias precisan de una técnica simple, que asegure la estabilidad del canal u orificio, que se denomina  estoma traqueal o traqueostoma. Las permanentes conllevan una diferente configuración de ese estoma, que se consigue habitualmente por medio de unas suturas especiales.

La traqueotomía del laringectomizado se realiza abocando directamente la tráquea a la piel. La cánula no es más que un tubo que sirve para asegurar que la comunicación creada entre la  tráquea y la piel no se cierre de nuevo o se deforme como resultado del proceso de cicatrización. Las cánulas están diseñadas para adaptarse a la forma del estoma y de la tráquea proximal a éste.

Se construyen con materiales cuya tolerancia sea óptima, que no sean irritantes y que puedan ser fácilmente limpiados. Se fabrican habitualmente con una aleación de plata o con plásticos biocompatibles, siliconas, teflón, etc. y son de diversos calibres y de longitudes.
    

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