miércoles, 9 de abril de 2014

AYUDA A LA RECUPERACIÓN

Después de una operación de laringectomía es muy importante que trabajemos sobre la zona afectada para ponerla a tono. Suele ocurrir que el otorrino se conforme con que la herida, tanto interna como externa, quede en buen estado pero se despreocupe de otros efectos secundarios que repercuten sobre todo al cuello y la papada. Estos efectos serán mucho mayores si el paciente recibe radioterapia, como suele ser lo más corriente.

El cuidado de la piel es muy sencillo. Solo hay que tratarla a diario con crema hidratante. Primero, durante la radiación, con la que indiquen las enfermeras y después con cualquiera que haga la función de hidratación. La recuperación es lenta, pero no ofrece mayores consecuencias.

La parte del cuello bajo la mandíbula suele quedar acolchada tanto por efecto de la operación como por la radio. Para esto le vendrá muy bien algunos de los ejercicios que después se expondrán.

Pero las mayores consecuencias las recibe el resto del cuello. Al hacer la operación de laringectomía no solo se quita la laringe o las cuerdas vocales sino que toca por se haya extendido el cáncer y los lugares adyacentes. Eso quiere decir que en muchas ocasiones afecta incluso a varios músculos y nervios del cuello lo que repercute sobre los movimientos de la cabeza e incluso de los brazos. Suele ocurrir que, por ejemplo, no se puedan atar las cintas que sujetan la cánula.

Para recuperar en lo posible todos los movimientos del cuello y brazos vendrán muy bien los siguientes ejercicios. Es muy importante que la realización de estos ejercicios sea una tarea diaria y sin forzar nada su realización. Es decir, que lo haremos solo hasta donde lleguemos y sin que nos produzcan dolores. Poco a poco iremos recuperando elasticidad.










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